miércoles, marzo 08, 2006

LA DISCOTECA MATRIOSKA por Harapos

Este sueño lo tuve hace varios años, pero aún lo recuerdo.
Mi madre acababa de dejarme en la orilla de una carretera bastante oscura. No se veía la luna por ninguna parte, pero yo conocía el lugar de haber ido allí otras veces , a lo mismo a lo que había ido hoy. A encontrarme con mis amigos y dormir en una cabaña que alguien tenía en aquel bosque.
Cuando el coche de mi madre se alejó, me di cuenta de que estaba en zapatillas de andar por casa ¡Me había olvidado de cambiármelas por las botas! Qué cabeza la mía. Es igual, como nadie me iba a ver, decidí ir hasta la cabaña sin más preocupaciones, y me metí campo a través, por donde debía encontrar el caminito que llevaba hasta allí. Pero cual fue mi sorpresa, al rodear un arbusto, que se veían muchas luces, asfalto, edificios altos ¡Toda una comunidad!. Aquello parecía El Algarbe, Torremolinos, o alguno de estos sitios veraniegos, con fachadas llenas de miniterrazas donde los turistas dejan a secar sus bañadores.
Me quité las zapatillas y las dejé por ahí, para continuar descalza ( el hecho de caminar con los pies desnudos no me producía ningún tipo de malestar), y me adentré en la ciudad. Caminaba sorprendida entre la gente, mirando todo lo que habían edificado donde antes no había más que árboles, y me pregunté como haría para encontrar a mis amigos.
De pronto vi un cartel indicador que anunciaba la apertura de un nuevo local de copas, con un nombre que ahora no soy capaz de recordar, pero que significaba algo para mí y mis amigos en aquel momento ( real), así que supuse que si llegaban allí, y leyeran el cartel, irían a verlo, así que me puse en marcha hacia donde indicaba el cartel.
Llegué y había bastante gente en la entrada. Dos porteros gigantes cortaban tickets en la puerta, y escatimaban sonrisas. Me puse a la cola, y cuando iba a entrar, me di cuenta de que no me dejarían pasar si supiesen lo que llevaba en el bolso, así que me lo metí por dentro de la falda ( tampoco recuerdo qué llevaba en el bolso). Cuando me tocó pasar, me pidieron la entrada, y como no la tenía, les expliqué lo que me pasaba. Increíblemente, me dejaron pasar, y uno de ellos me guiñó el ojo y me dijo " ya puedes sacar el bolso de ahí".
El local era muy pequeño comparado con lo grande que era la nave por fuera. Había gente bailando, el ambiente era sobre todo rojizo, las luces, la ropa de la gente. Había una chica con un vestido de lentejuelas en un sillón. Al fondo vi una puerta, y como ninguno de mis amigos estaba por allí, me dirigí hacia ella. Al abrirla, vi que daba a una sala como la anterior, pero con la música más tranquila, la luz un poco más velada, y era bastante más pequeña. La gente bailaba por parejas. Tampoco estaban allí, así que caminé hacia otra puerta que vi en el fondo. De nuevo una sala parecida a la anterior. Todavía más pequeña, con la música más lenta aún, la gente charlaba tranquila en mesas con sillas, y algunas parejas se besaban con dulzura. Tampoco estaban allí. Otra puerta. Otra sala, también más pequeña que la anterior. En esta había muchos sofás. Sonaba una melodía romántica, y todo el mundo tenía la boca ocupada en otras bocas. Apenas veía porque todo estaba muy oscuro, excepto la barra del bar. El camarero limpiaba vasos con un trapo.
Supuse que en la siguiente sala la cosa iría a más ( los besos) y a menos ( la luz), y pensé que mis amigos no podían estar allí, puesto que ninguno de ellos tenía novia... aún así, puede que las hubiesen encontrado, así que me decidí a continuar. Y tal y como había supuesto, en la sala siguiente las parejas retozaban sobre unos sofás que más bien parecían camas. Se oía una melodía de fondo parecida a la de las películas pornográficas. Monótona y sencilla. Al fondo había otra puerta más. Yo estaba nerviosa y sudaba. Casi no veía por donde pisaba y hacía mucho calor. Al abrir la puerta me golpeó como una bofetada el olor picante del sexo. Todo el mundo estaba follando en esa habitación. No distinguía ni de qué sexo eran las personas, pero sabía que mis amigos no estaban allí. Por si acaso, pronuncié sus nombres mientras caminaba hacia otra puerta. Era pequeñita, y tanteando encontré la manilla. Estaba muy caliente. Entré y no vi absolutamente nada. Estaba muy oscuro, así que les llamé, y esperé a que la vista se me acostumbrase. Vi unas brasas, como de cigarros encendidos, y al acercarme titubeando distinguí a L. fumando tranquilamente, sentado en unos cojines. Allí estaban todos. C. me saludó con un gesto y vi que estaban jugando a las cartas. ¡Por fin les había encontrado! Me senté con ellos y les pregunté a qué jugaban. De pronto, del techo ( que no veía, porque estaba demasiado oscuro), cayó una pelota de baloncesto, y tras ella, el pato Lucas y Bugs Bunny. Se peleaban por la pelota. De pronto mi sueño pasó de ser en primera persona, a ser en tercera. Veía la habitación desde el punto de vista de la pelota. El pato Lucas se había hecho con ella, y la botaba. Me vi sentada en el suelo como los indios, pero la mano de Bugs Bunny cogió la cámara-pelota, y encestó.
Todos mis amigos se levantaron aplaudiendo, abrazándose, gritando "¡bieeeeen, bieeeeen!, el punto de vista se alejó, salió del local, subió, hasta hacer un plano del bosque con las nuevas calles y edificios, y la palabra FIN ocupó la pantalla. Luego salieron los créditos, y me desperté.

1 Comments:

At marzo 09, 2006 12:48 p. m., Blogger Harapos said...

De primero lentejas, de segundo fabada , y de postre helado de cabrales.

No, en serio, supongo que los recuerdo por costumbre: Lazycat, adahara y yo adoptamos la costumbre (de muy pequechas) de contarnos nuestros sueños casi a diario.

 

Publicar un comentario

<< Home