EL SEÑOR FRAGA CANTA por Harapos

Había un montón de gente, aunque no la veía, lo sabía porque había muchas camas en cada habitación. Yo me levantaba al cuarto de baño descalza, estaba frío el suelo, sin embargo por la ventana entraba un rayo de sol haciendo brillar el trozo de lavabo que iluminaba. Afuera olía a paja y a estiércol de vaca. (La casa de mi bisabuela está en una aldea de Asturias)
Cuando salí a desayunar, mi abuela ponía tazones de madera sobre la mesa (también de madera muy muy vieja, casi negra), y platos con rodajas de pan de maíz y nata casera. Me mandó ir a por mi bisabuela, que estaba viva aún, y cuando la cogí de su cuna y la senté en la mesa (era una bisabuela muy pequeñita), me di cuenta de que ronroneaba. Pegué la oreja a su espalda y estuve escuchando el latir de su corazón y el ronroneo, con los ojos cerrados.
Cuando los abrí, la mesa de desayuno se había transformado en otra cosa:
Había un patio cuadrado, como los patios interiores de los monasterios. Era un primer piso, y en cada arco, en cada hueco entre columnas, había alguien sentado. Entre ellos mi bisabuela. Me puse a caminar y me di cuenta de que todos eran políticos. ¡Y estaban colgados del techo por las orejas¡. Cada uno de ellos tenía una carpeta con un logotipo dorado escrito. Solamente recuerdo el de Fraga, que tenía el logotipo de los hoteles NH, escrito dos veces, en forma de palíndromo. NHHN. Abrió el dossier, y muy serio, empezó a cantar " zzsun zzsun zzzsuuuun!" y los demás políticos le coreaban "eh ehhhhh zsunnnnn zsun zsunnnnn", exactamente como en el anuncio de un coche que tiene esa melodía. Siguieron cantando, y añadiendo tonos, hasta que las voces se elevaron en un precioso canto gregoriano. Sonaba muy bien. Cuando terminó, me atreví a añadir dos notas al final, y todo el mundo aplaudió. Las cadenas de las que colgaban por sus orejas, tintineaban.
Me desperté.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home