jueves, septiembre 28, 2006

NIEBLA por Harapos

Lo primero que recuerdo es encontarme agarrada al tronco de un árbol. Fue como si hubiese llegado en estado de sonambulismo porque me sorprendí y me pregunté cómo demonios había llegado hasta allí. Observando mi situación, me di cuenta de que no era muy alentadora... si miraba hacia abajo no veía el suelo, sólo niebla y un montón de troncos finos y largos casi pegados al mío, que se agitaban con el viento. Si miraba hacia arriba veía exactamente lo mismo, así que no podía saber a qué altura estaba pero por el modo en que se agitaban los troncos, incluso al que yo estaba agarrada,parecía bastante peligrosa así que decidí agarrarme a dos o tres a la vez para estar más segura.
Mientras pensaba qué hacer, llegó una chica flotando. Llevaba un traje que la hacía parecer un cocodrilo, con cola reptiliana, y me dijo muy seria que me dejase resbalar hacia abajo lentamente, agarrada como estaba a varios troncos a la vez, o el árbol dejaría doblar sus ramas bajo mi peso y luego me lanzaría hacia el vacío como una catapulta. Me aconsejó que fuese cambiando de ramas para que él no se diese cuenta y que al llegar al suelo me enroscase sobre mi misma y Buch me protegeria.
Así lo hice y me dejé resbalar cruzando la niebla. El suelo estaba mullido por un montón de hojas secas y me hice un ovillo sobre ellas. Al instante noté como una masa pegajosa con olor a madera podrida se inclinaba sobre mí y me abrazaba con su peso. Cada vez veía menos luz y daba la impresión de que me iba a asfixiar pero confiaba plenamente en la palabras de la niña voladora, asi que cerré los ojos y esperé.
Cuando los volví a abrir, la cosa llamada Buch había abierto una cueva para mí, y yo estaba tendida en el medio, habia una entrada bastante diminuta por la que se colaba el sol y el sonido de los grillos, la atmósfera húmeda y tenebrosa se había esfumado, y yo me sentía como si fuera un animal que se despierta de la hibernación con mucha mucha hambre.
Entonces oí pasos, y vi una sombra que se acercaba... algo peludo... algo cuadrúpedo... Era una rata enorme, con un pelo lustroso tan espeso y tan negro que deseaba acariciarlo. Y entonces habló.
No me acuerdo de qué me dijo, pero sé que me alimentó y me dio calor, y me informó de que allí afuera había una guerra, y que debería colaborar con ellos para acabar con el tirano.

A partir de ahora casi no recuerdo nada, pero sé que parte del plan era que la niña lagarto volase muy alto, como nunca lo había hecho, y para ello yo tenía que ir corriendo justo delante de ella dejando caer semillas de hierba en el suelo, que nacerían al instante y la elevarían de algún modo.

Fue un sueño precioso y lo recuerdo a pesar de que me desperté y seguí durmiendo un buen rato después :)